viernes, 21 de agosto de 2009

chorrillos paradisíaco

todos fuimos testigos de un crímen (pero también cómplices). y eso nos marcó, nos unió, nos selló. años después quisimos parecer normales, actuar como si no recordáramos. llenar la biografía de otras cosas.
pero hubo un momento en que todas nuestras líneas de vida se cruzaron en un punto imposible, como un nudo de espejos en el que cada uno reflejaba el rostro del otro, deforme, monstruoso, hermoso, perdido. como el abominable infinito de los espejos de borges.

efectivamente hubo un crimen. no real, pero ahora creo que algo de cada uno murió en ese tiempo. y todos tuvimos el puñal en la mano en algún momento.

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